El armario de la amistad

Me encanta la palabra “amistad”  y es que adoro a mis amigos con todo mi corazón y creo a pies juntillas eso de  “quien tienen un amigo tienen un tesoro”.

Mucha gente dice que la amistad es como un jardín de flores que hay que cuidar con frecuencia, otros que es una de las columnas más importantes que sostienen el templo de la vida, y yo siempre digo que la amistad es como un armario de tres estantes en el cual  las  prendas quedan ordenadas de la siguiente manera:

Estante #1:Básicos:

Los Básicos son aquellas prendas que nunca nos fallan, que nos hacen sentir bien (tanto si estamos tristes como alegres), nos favorecen, nos dan  seguridad y nos las llevaríamos al fin del mundo. Son las prendas que más quieres, las que no pueden faltar en tu armario y a las que, incluso, perdonas cuando le salen bolitas. Así son los amigos de verdad, básicos e imprescindibles.

Estante #2:  Ocasiones :

Todos tenemos determinadas prendas que solo utilizamos solo para salir de fiesta o en ocasiones un tanto especiales (ejemplo vestidos largos, camisas semitransparentes, zapatos de tacón etc…). Estas prendas no son de uso cotidiano, pero solemos cogerles cariño porque nos encantan y las relacionamos con buenos momentos. Por eso, en el estante de “Ocasiones” englobaría a esa multitud de amigos con los que no quedas para tomar un café y contarles tus penas, pero si  para echarte unas risas un sábado por la noche. Debo añadir que una prenda de ocasión también puede pasar a ser un básico y viceversa.

Estante #3: Fondo de armario (FDA):

No nos engañemos, por muy chupi-guai que suene  la frase “Esta chaqueta la he sacado del fondo de armario”, la ropa que se queda ahí es porque casi no nos la ponemos. En mi opinión hay tres motivos fundamentales por los que una prenda acaba  formando parte del FDA:

• No es una prenda ni de diario, ni de ocasión (por ejemplo un vestido de boda o algo así)
• No nos acaba de gustar verdaderamente.
• No nos sentimos cómodos con ella.

Con lo cual los “amigos” de fondo de armario son aquellos que casi no ves,  ni llamas, ni nada de nada. Algunos de ellos, años atrás, pudieron ser grandes amigo, e incluso aún les puedes tener un cierto cariño,  pero por circunstancias de la vida  tu contacto con ellos se resume, como mucho, en hacer el paripé en alguna que otra cena/evento de grupo.

Y ahora, ¿Cuál es tu metáfora de la amistad?